Atencingo, Puebla.— Con gran entusiasmo, sonrisas y una calidez difícil de olvidar, fuimos recibidos en el Plantel CONALEP Atencingo, ubicado en el corazón cañero del municipio de Chietla. Desde tempranas horas de la mañana, el bullicio de los pasillos, el eco de los talleres y las voces alegres de los jóvenes técnicos nos dieron la bienvenida a una institución que vibra con energía, sueños y trabajo.
La primera impresión es clara: aquí se estudia con pasión. A pesar del calor típico de la región, el ambiente fresco, impulsado por las risas espontáneas y la camaradería entre estudiantes y maestros. “Aquí no solo se aprende, también se crece como persona”, nos dijo Karina, estudiante de Enfermería General, mientras practicaba técnicas de primeros auxilios en el laboratorio de salud.
El plantel ofrece tres carreras técnicas: Administración, Electromecánica Industrial y Enfermería General, esta última la de mayor matrícula con más de 250 alumnos. Y no es para menos: los salones están equipados con material actualizado, los docentes se muestran comprometidos, y lo más importante, los alumnos tienen clara la meta: egresar como profesionales técnicos listos para integrarse al mundo laboral.
Durante nuestro recorrido, visitamos los talleres de Electromecánica, donde el zumbido de motores y las herramientas en acción mostraban la destreza con la que los estudiantes se preparan para los retos de la industria. Más adelante, en el área administrativa, jóvenes como Eduardo y Miriam nos compartieron cómo desde el bachillerato ya se enfrentan a proyectos reales de oficina, aprendiendo contabilidad, gestión y logística.
Pero no todo es estudio. También hay espacios para la convivencia, como la explanada central, donde se organizan eventos cívicos, culturales y recreativos. El personal administrativo, por su parte, se mostró siempre dispuesto a orientar y acompañar a cada visitante y estudiante.
Ubicado en la Colonia Gustavo Díaz Ordaz, el CONALEP Atencingo es más que un plantel educativo: es un semillero de talento local. Con más de 400 alumnos inscritos, representa una opción real para jóvenes que buscan una formación técnica de calidad sin alejarse de su comunidad.
Antes de despedirnos, varios alumnos se acercaron para contarnos cómo planean continuar sus estudios universitarios o trabajar en clínicas, talleres o empresas cercanas. “Gracias al CONALEP, ya tengo una base sólida”, expresó Uziel y Ahren, de quinto semestre de Electromecánica.
Así, con el corazón lleno de inspiración y el cuaderno lleno de historias, dejamos el CONALEP Atencingo sabiendo que aquí se forjan futuros con herramientas, vocación y mucho orgullo.
N++
N++
N++
N++
COMENTARIOS