En las calles de Izúcar de Matamoros, entre los colores vibrantes de los mercados y las animadas charlas de la gente, un hombre con una sonrisa franca y una actitud incansable se ha ganado, con el paso de los años, el cariño y el respeto de los habitantes de la ciudad. Su nombre es Faustino Batana Méndez, tiene 51 años de edad y lleva 15 años dedicado al noble oficio de vender jugos, un trabajo que ha hecho suyo con dedicación y entusiasmo.
Faustino, originario de Izúcar de Matamoros, es un hombre de costumbres arraigadas. Desde muy temprano, a las 9 de la mañana, se instala en su puesto de jugos en la Avenida Oaxaca, y durante el mediodía, se traslada a las afueras del Mercado de Picos y el Mercado Miguel Cástulo de Alatriste, donde se puede encontrar, siempre con una sonrisa y un vaso de jugo en mano, ofreciendo a los transeúntes y compradores un respiro refrescante y saludable. Entre las 12:30 y 1:00 de la tarde, Faustino también hace una breve parada en la Avenida Centenario, donde sigue haciendo lo que mejor sabe: ofrecer jugos frescos a quienes pasan por la zona.
Lo que distingue a Faustino no es solo su dedicación, sino su pasión por lo que hace. "A mí me encanta vender jugos. Todos los días salgo con mucho entusiasmo. Para mí no hay festivos ni vacaciones. Es un trabajo que disfruto y que me permite llevar el sustento a mi hogar", comenta mientras mezcla con destreza una bebida fresca de naranja, betabel, zanahoria, verde o sábila, en presentaciones de litro y medio litro, para complacer a una clientela variada.
A lo largo de los años, Faustino ha aprendido a conocer el ritmo y las necesidades de sus clientes, y eso le ha permitido ganarse su confianza y fidelidad. "Vienen por el jugo porque ya me conocen. No solo es por la bebida, también por la amabilidad", dice con una sonrisa cálida. Como muchos de los ciudadanos mixtecos, Faustino ha hecho de su trabajo una forma de vida, un medio honesto para llevar el pan a su mesa y el bienestar a su familia.
El oficio de Faustino es, sin duda, uno de esos que da vida a la ciudad y mantiene viva la tradición del comercio local, a veces invisible pero fundamental. Con su ejemplo de esfuerzo y dedicación, Faustino Batana nos recuerda que cada día es una oportunidad para trabajar con entusiasmo, hacer lo que nos gusta y seguir adelante, no solo por uno mismo, sino también por las personas que dependen de nosotros.
Faustino Batana, con 15 años de experiencia en el negocio de los jugos, sigue siendo un pilar en las calles de Izúcar de Matamoros, un hombre que, con su trabajo diario, demuestra que el esfuerzo y la pasión por lo que se hace nunca pasan desapercibidos.
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